ATREVERSE A CRUZAR LA PUERTA
Iniciemos esto haciendo un ejercicio de imaginación.
Imagina que estás dentro de un círculo, el cual ha sido tu espacio seguro a lo largo de tu vida. En ese círculo, desde tu perspectiva, estás seguro porque llevas tanto tiempo allí que ya sabes lo que puede pasar. Llevas tanto tiempo en ese espacio, que no has sentido la necesidad de levantar la vista y ver qué más hay fuera de este círculo…
Hasta que un día, por alguna razón, vas sintiendo que te quedas sin espacio.
Esto te obliga a mirar más allá del círculo donde has estado siempre y es justo en ese momento que puedes notar que hay una puerta. Te da una curiosidad inmensa. Te encuentras con un dilema más grande que tu curiosidad: 1) dejo mi círculo y espacio seguro para ver qué hay detrás de la puerta, o 2) me quedo en mi círculo que, aunque me queda pequeño y siento que por momentos me falta el aire, ya lo conozco y sé lo que puedo esperar.
Ambas opciones son válidas dentro de su complejidad. Quedarse en el círculo trae sus cosas, salir del círculo también. El punto central es escoger la opción que vaya más acorde con lo que quieres y necesitas. Quedarte en el círculo es equivalente a quedarte en lo que ya conoces, salir del círculo y cruzar la puerta es equivalente a un mundo de nuevas posibilidades.
Te pongo un ejemplo personal. Hace unos meses me encontraba en mi círculo y la vida me fue enseñando a través de señales sutiles que ese círculo ya quedaba estrecho. Ahí tomé la decisión, con más miedo que valentía, de salir de mi espacio seguro y cruzar la puerta.
En ese momento descubrí un mundo de posibilidades tanto profesionales como personales, que me ha permitido conocer y vivir experiencias nuevas que han sido fundamentales para el resultado de quien soy hoy en día. El círculo era mi ciudad natal, Santo Domingo, lo que había al cruzar la puerta era una vida nueva en Madrid, España.
Me atreví a salir del círculo y mi valentía ha sido premiada con momentos y personas maravillosas. Ahí comprobé que atreverse a cruzar la puerta siempre será el primer paso hacía el crecimiento y la evolución. Me gustaba mi círculo, sin embargo haber salido de él me ha hecho expandir mi mente y posibilidades.
Y con esto no me malinterpretes… Sé lo difícil que puede ser salir de esa zona de confort, de ese espacio en el cual has estado toda tu vida, y no es para menos, ya que la razón principal por la que cuesta salir de este círculo suele ser el miedo; una emoción que, con la intención de proteger, muchas veces puede sentirse de manera abrumadora, o puede ser interiorizada como una señal de STOP y hacer que pares.
El miedo se puede interpretar con un mensaje de “NO LO HAGAS POR FAVOR” (dicho con una voz ansiosa), cuando muchas veces, el mensaje del miedo es “hazlo, pero con cautela”, siendo este un mensaje muy diferente al inicial.
Con esto quiero invitarte a reflexionar, ¿qué tan pequeño te está quedando tu círculo?
Y si la respuesta es “muy pequeño”, y eso te motiva a salir, entone sal con cuidado y cautela. Sal respetando tus tiempos. Sal con el miedo sujetando tu mano izquierda y la valentía sosteniendo tu mano derecha. Recuerda que siempre puedes volver a abrir la puerta y refugiarte en aquello que sientes seguro, y una vez estés listo otra vez, cruza al otro lado… con miedo pero con valentía.
Te abrazo fuerte,
Jea.